Hacía días que me escribía alguien por whatsapp. Me decía cosas como: Dime que estás aburrida.- Yo no contestaba. No se presentaba. Solo escribía palabras, a veces sin sentido. Uno de ésos días me escribió: Quiero una cita contigo. Dime tarifas.- Se las envié. Me dijo de quedar una tarde lluviosa. Aparqué muy cerca de su casa. Al llegar al portal esperé el ascensor, que tardó bastante. Dentro estaba un Caballero que me miró de arriba abajo y me dijo: A qué piso vas?-Le contesté que "arriba", y me dijo: Vas a casa de tal? Es que le he visto la puerta abierta, pensé que se la había dejado abierta y quería cerrársela, luego pensé que posiblemente esperaba a alguien.- Mi primera reacción fue ponerme roja, y la segunda fue pensar en que el Caballero en cuestión llamaba a una Señorita cada día, pero es su dinero y cada quien hace lo que quiere y puede con su vida, al final del camino todos acabamos en el hoyo metidos, con lo que trajimos puesto al nacer.
Una vez llegué a su rellano, mi corazón iba a mil por hora, pensando en quién me escribía tantas cosas sin sentido, en quién había detrás de aquel símbolo del whatsapp... Empujé la puerta y allí facía de pie un Caballero de 1,85cm. fisicamente de complexión fuerte, y con cara de ser un estudioso, tipo Profesor de Universidad, era Italiano, pero hablaba perfectamente el Castellano, puesto que llevaba muchos años viviendo en Cataluña. El piso estaba lleno de libros y esculturas, y algunos libros me llamaron la atención a pesar de estar en Italiano.
Me esperaba con una botella de cava brut nature, una Coca de chocolate de pastelería, que estaba deliciosa, blandita, la apretabas y salía todo el chocolate...Hmmm! Delicioso!!! A veces me sale mi parte "golafre", y me la hubiera comido toda sin pestañear, pero...Hay que mantener los modales a raya.
Estuvimos un buen rato hablando sobre Woody Allen, un prodigioso cineasta Neoyorquino a quien admiro, me fascinan la gran mayoría de sus películas, y digo la gran mayoría porque hay actores que no me gustan, y he preferido no ver las películas. Mi preferida de las más actuales: Midnight in Paris.
Me llevó de la mano a su alcoba, a donde, me besó dulcemente en los labios y por todo el cuello, me iba desvistiendo poco a poco, no había prisa. Fuera la lluvia golpeaba los cristales de la ventana. La habitación era muy amplia casi se podía bailar un vals. Tuvimos sexo. Sin prisa. Yo dominaba la situación. De pronto me dijo: He pensado que debes tener sed, y que quizás quieras beber cava, o agua, o...Comer coca de chocolate, o...Tengo un helado buenísimo de Vainilla natural...Yo, estupefacta, encima de él, le dije que no pensaba en comer ni en beber. Me insistió tanto que cedí a comerme un helado de vainilla natural. Una vainilla tan natural que los trozos de vainilla se me quedaron en la garganta y me provocaron una tos seca nerviosa, que pasé con cava. :)
De nuevo de pie, me abrazó, me besó por toda la cara y me repitió una y mil veces lo guapa que era, y los ojos tan bonitos que tenía. Me ruboricé.
Como buen Italiano me preparó la cena. Propuso pasta. Acabó siendo un delicioso Rissotto de setas. El mejor que he probado en mucho tiempo. Lo hizo con cava y con caldo de pollo. Delicioso. Un 10.
Cenamos. Le ayudé con un tema de impuestos, y me marché. Mi misión acabó. Nuestro tiempo juntos finalizó. Era muy tarde ya. El tiempo en las citas pasa muy deprisa, y no nos damos cuenta. La calle estaba muy tranquila. No había nadie. Me subí al coche y me fuí, recordando las delicias que había saboreado aquella tarde...
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